Otitis canina
En casi todos los casos, hay un factor común, la falta de higiene del pabellón auditivo.
La oreja canina es propensa a un perfecto ambiente para la proliferación de bacterias, tanto por la escasez de luz como por la falta de ventilación (Craig, 2000).
Hay muchas razas caninas que debido a la disposición y peso del cartílago auditivo, producen la obstrucción del oído medio con respecto al aire exterior y sumado a una falta de higiene, propicia un excelente "caldo de cultivo" para bacterias y hongos.
La humedad resultante en el oído medio, ya sea por administración directa de agua, o por la falta de ventilación (por la disposición de las orejas), sumado a la falta de higiene son los factores determinantes de la patología.
Uno de los síntomas más habituales es sacudir la cabeza de forma reiterada, rascarse, no dejarse tocar la cabeza o llevarla ladeada, presentar heridas, rojeces o fuerte olor en la(s) oreja(s), así como "arrastrar" el lateral de la cabeza buscando aliviar el picor/dolor, según el grado que presente el animal.
Un buen diagnóstico requiere de la observación directa, junto con la muestra para un cultivo o antibiograma.
La falta de atención veterinaria puede desencadenar problemas mayores como otitis crónica, otohematoma o trastorno vestibular.
La higiene y observación periódica minimizarán los riesgos de infección del oído, en el mercado existen diferentes marcas para una correcta limpieza y prevenir así la aparición de patologías.