Es importante jugar con nuestros perros (a cualquier edad)

El perro es un animal social que necesita jugar para crecer, madurar y aprender. El juego es una actividad esencial que le ayudará a desarrollarse intelectualmente y emocionalmente, pues gracias a él conocerá mejor su entorno y a los seres que lo conforman.

A los perros les encanta jugar con sus congéneres y con sus amigos humanos. Es una necesidad que surge a las 3 semanas de nacer y
dura toda la vida (Neotenia), porque aunque en la vejez esta actividad desciende, nunca cesa.

Gracias al juego los perros
comprenden mejor su entorno, conocen el funcionamiento de las cosas, aprenden a respetar a los demás, a seguir unas normas básicas de convivencia… Jugando aprenden a controlar su fuerza, la inhibición de la mordida y sus instintos, a reaccionar adecuadamente ante los estímulos que surgen a su alrededor. Se socializan, se adaptan al entorno y desarrollan importantes habilidades y destrezas que le ayudan a mejorar su calidad de vida.

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Por otro lado, el juego es la mejor manera de que hagan ejercicio, se desahoguen y
desprendan toda la energía acumulada. En caso de que esa energía no se libere, puede generar serios problemas de estrés y ansiedad o convertirlo en un animal destructor, violento...

Además, jugando con tu perro
reforzarás el vínculo que hay entre ambos, favoreciendo la convivencia y el respeto mutuo.

¿Por qué juegan "mordiendo"?

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Es habitual ver a los perros jugar entre ellos dándose pequeños mordiscos. Cuando esto ocurre no debemos alarmarnos, pues para ellos es sólo una forma de jugar y socializarse, son comportamientos ritualizados. La boca es la herramienta principal de los perros y la utilizan para todo, por eso les gusta jugar con ella, morder sus juguetes, zarandearlos, tirar de ellos...

Además, cuando son cachorros, morder les ayuda a conocer todo lo que los rodea, la curiosidad les empuja mordisquear cualquier cosa que encuentran a su alrededor, incluso las manos del dueño. Debemos educarle para que aprenda a contener la fuerza de sus mordiscos y no lo haga de forma descontrolada y arbitraria. Para ello, tendremos que proporcionarle juguetes específicos, como mordedores, y enseñarle a utilizarlos con refuerzo positivo.

¿Cómo debo jugar con mi perro?

Recuerda que jugando podemos enseñarle educación y respeto. Por eso, cuando sea cachorro debemos aprovechar los momentos de juego para educarlo y mostrarle que nosotros tenemos el control. No debemos permitir que haga lo que se le antoje, porque a largo plazo eso puede generar problemas de convivencia.

  • Cuando vayas a darle un juguete debes enseñarle a quitárselo sin conflicto y volvérselo a dar, premiando una conducta controlada.

  • Muéstrale que el juego termina cuando tú deseas.

  • No vayas detrás suyo para quitarle un juguete, debes enseñarle a que te lo traiga o a que sea él quien te persiga a ti.

  • Si jugáis al "tira y afloja" con un juguete, debes ser tú quien controles la situación.
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  • Si observas que adopta una actitud violenta o demasiado temperamental, interrumpe el juego.

  • Para jugar tranquilamente llévale a un lugar seguro y siempre lejos de la carretera, donde tenga una buena extensión de terreno para poder correr y saltar libremente, sin peligros. Un ambiente relajado y al aire libre aumentará su satisfacción y la posibilidad de poner en práctica sus habilidades sin impedimentos.

  • Si ves que tu perro disfruta por un juego en concreto, deja que lo practique pero sin obsesionarse. Algunos perros sienten pasión por el frisbee, otros adoran correr a por una pelota... Si se trata de un perro muy activo puedes probar con actividades como el agility, canicross...

  • Los comportamientos lúdicos naturales debemos motivarlos, nunca por obligación y/o imposición.

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